martes

Venator Parthi Leporidae

​Hace muy poco tiempo leí acerca del descubrimiento realizado en cierta región del sureste de la cuenca de Mawie: la especie de conejo mas asombrosa jamás imaginada. Su nombre científico es Venator Parthi Leporidae, esto debido a su peculiar manera de obtener alimentos que asemeja al pueblo Parto.

​Primero una aclaración: desde que abandone los primeros dientes, la historia bélica me ha interesado un poco mas que, por ejemplo, aprender a escribir correctamente. Esto en su momento me llevo a leer acerca de este pueblo de valientes jinetes iraníes cuya sabia e interesante técnica de ataque ha sido emulada por una simple raza de conejo silvestre.

​Les explico. Los partos eran reconocidos por ser grandes jinetes que se acercaban a una distancia poco prudente de su enemigo, intercambiaban un par de golpes antes de  salir huyendo sobre sus caballos por las dunas. Esto a simple vista suena a una estrategia de lo más cobarde, y lo mismo pensaban sus enemigos hasta que eran sorprendidos por una lluvia de flechas que convertía sus ojos en comida de cuervo.

​Así funcionaban. Aprovechaban las habilidades superiores de sus jinetes (que después serian usadas por otros grandes jinetes como los Mongoles y los Hunos) para atacar con flechas en el momento mas débil de su enemigo, momento que se puede considerar casi de victoria.

​Y sin salirnos mucho del tema del Venator Parthi Leporidae, quería informarles que estos inofensivos conejos, con el paso del tiempo en su aislada manera de vivir, un instinto predador y carnívoro, pues han aprendido a aprovechar su parecido con otras especies de conejo para engañar a los depredadores de sus primos.

​Su estrategia es la siguiente: en grupos grandes, fingen comer pasto en praderas llanas hasta que alguno de ellos alerta a un “intruso” que usualmente son leopardos de las montañas, coyotes o en el peor de los casos, réptiles de la peor calaña como boas coníferas. Ahí comienza el supremo teatro y poco a poco comienzan a aislar concienzudamente a uno de ellos para que sea hecho una víctima fácil para sus predadores.

​Después de un rato de jugar con una presa que es victima de las ansias de comer y del cansancio por un ejercicio dentro de un campo difícil como lo son las praderas de granito tan características de Mawie, el Venator Parthi Leporidae decide cambiar de dirección y llevar a su supuesto cazador a un terreno conocido como arena movediza de baja fluidez, que es propicio para su especie y sus intenciones. El clima de esta región de nuestro país hace que se vuelva inevitable encontrarse con este pequeño grupo de arenas movedizas, caracterizadas por poseer un factor de viscosidad más estable que el común y ser poco profundas, por lo que tener dos cuerpos corriendo sobre ella no garantiza su letal destino. Sin embargo, esta inteligente especie de conejo, por medio de un sofisticado sistema de comunicación que seguramente será centro de investigación en los años posteriores, decide hacer avanzar a toda su manada, instantes después de ver correr a su exhausto compañero, hacia su atacante, provocando que el pobre cazador entre en pánico mientras la tierra se moleste y comience a devorar los pesados pies del depredador. En este punto, es demasiado tarde para el cazador: ha sido vencido por su presa.

​El siguiente paso de esta especie es solo observar como la vitalidad del solitario cazador es devorada por las arenas y cae agonizante de una pelea que había perdido desde que decidió tomar un refrigerio. Por último y de manera casi obvia para un asesino, los conejos aprovechan sus patas apalmadas para acercarse con cuidado, trepar sobre el cuerpo de un animal casi muerto y arrancar piel y carne. Posteriormente la sangre del animal muerto comienza a licuar su tumba volviéndose más estable en sus sedimentos superiores. Es una operación difícil, sin embargo los caracteres evolutivos hacen un asombroso trabajo.

​Como hormigas, comienzan a llevar los restos de su presa a su madriguera, para poder tener un buen festín.

​Como lo dije al principio de este anecdotario de la naturaleza, mi pasión por la historia me ha hecho encontrarme con este tipo de curiosidad y creo que, si un simple conejo puede aprender de una civilización a cómo defenderse sin atacar, no debería ser problema para el resto de nosotros simple mortales, hacer exactamente lo mismo.


1 comentario:

  1. Hueva absoluta...mejor dedícate a lo que mejor te sale: jugar con tu escroto

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