jueves

#5 Divagación De La Primer Semana

Los ojos inyectados de sangre, de mi sangre oscura como la noche en que me encuentro, noche de 24 horas, de 7 días, que no lleva aún la mitad.
Los arboles no respiran, la tierra no come, así es el mundo en el que vivo. Aún recuerdo antes, cuando todo era vida, cuando podía jurar por mi extinta alma, que las paredes hablaban y tenía largas conversaciones con ellas, y me contaban de esa cantera donde las habían extraído, de los siglos que habían vivido bajo tierra, escuchando pacientemente.
Soy roca, eso me dijeron antes de cobijarme con su polvo. Esa es la forma en como he muerto.
La noche continua, sueño, cierro un poco los ojos, dejo de respirar, deseo la muerte. Hay suficiente calor como para mantenerme vivo, soy feliz, en verdad lo soy; entonces, ¿por que lloro sangre?
"Eres roca"
De desgasto, me encorvo, el ambiente huele a muerte, a una maldita muerte que enciende mis sentidos y apaga mi razón, huelo mi sangre, la huelo y la puedo sentir correr por mi cara, una viscoza mezcla de ideas y de sueños.
"Eres roca"
No me muevo, no veo, solo escucho y soy interprete de un lenguaje lento, apagado, mas muerto que vivo, pero vivo.
Aún no es el séptimo día, ni siquiera es el quinto, pero hace un calor que hierve mi alma, y me desespera y me saca mis pensamientos mas oscuros, los mas guardados, los que me llenan de dolor y llenan de dolor a otras personas.
"Tú lo elegiste"
Alquimia, esa vieja ciencia que tantas cabezas hizo rodar, ahora te deseo tanto, con todo mi invalido corazón. Si esto fuera una película, una lágrima derramada en la eterna noche despertaría un poder mágico escondido en los siglos de los siglos, pero no lo es, es un mundo tan real como mi dura piel que se desmorona con el aire, con el agua y con las pisadas de un aplastante universo.
No quiero esto, pero lo deseo y lo añoro
"No hay cambio"
La sangre corrió por ultima ves, dos rubís quedaron en la arena de los años. Las paredes regresan a su lugar. Despierto, sigue oscuro, sigue en tinieblas, solo siento el viscoso líquido rojo quemando mis mejillas y mi garganta. Tengo miedo, miedo de la total ausencia de vida en mi cuerpo y en la habitación, en el mundo.
"Ven conmigo" dice el piso que es piel de mi piel "pintemos". Esto no ha acabado, no aún... solo faltan tres noches, tres eternas noches...

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